Las celebraciones de Semana Santa de Pamplona, el segundo destino más antiguo del Norte de Santander y el pueblo de una indescriptible belleza arquitectónica, son, al lado de las de Popayán y Mompox, las más importantes y reconocidas por los católicos en Colombia.

Cada año, miles de turistas visitan a este bello pueblo del Norte de Santander, famoso por sus procesiones, actos religiosos, el cuidado de cada detalle y la riqueza de los ornamentos de figuras que hacen parte de los desfiles religiosos que se realizan en las calles de Pamplona a partir del Domingo de Ramos.

Después de Popayán, Mompox, y Pamplona, Sabanalarga celebra la más pomposa fiesta religiosa conmemorativa de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, en Colombia.

Hace más de cincuenta años, cuando sólo existía una parroquia, la población de Sabanalarga se multiplicaba con la llegada de los forasteros que acudían a participar de aquella celebración. Era una celebración entre religiosa y pagana puesto que la gran mayoría de nativos se preocupaban mucho por la elaboración de platos típicos y postres especiales cuyo consumo compartían con los visitantes y vecinos. Llegada la noche todos marchaban hasta las esquinas y aceras de las calles por donde pasarían las imágenes de la procesión para observar su paso y el de los penitentes (o mandantes); pero era tan demorado que se veían jóvenes y niños descalzos sobre los sardineles de las casas acostados o dormidos, rendidos por el cansancio de la espera.